miércoles, 8 de julio de 2009

Granjas del siglo XXI para salir de la pobreza II


La tecnología de mayor importancia a la que hay que facilitar el acceso a los más pobres es de irrigación. Se requieren de bombas para extraer agua del subsuelo y para hacerla llegar de forma constante y eficaz a pequeña escala. Un proyecto del Banco Mundial le dio acceso a un millón 500 mil campesinos pobres a bombas para extraer agua del subsuelo y tecnología para irrigación a pequeña escala con una inversión de $49.5 millones de dólares; el resultado fue un aumento total en sus ingresos de $150 millones. En muchos países pobres aún se opta por inundar grandes terrenos para la siembra, lo que acaba salinizando el suelo y erosionándolo. Para los habitantes de zonas áridas y semiáridas alejadas de mantos acuíferos, se pueden usar revolucionarios sistemas de microirrigación que utilizan agua de lluvia que se podría captar en temporada de monzón en África y el Sur de Asia. La tecnología existe, por ejemplo un tanque que extrae y filtra 10,000 litros de agua para irrigación fue creado por International Development Enterprises (IDE), una ONG que ha sacado de la pobreza a 12 millones de pequeños granjeros desde 1981, que cuesta tan sólo $40 dólares y se está utilizando en India y África. De acuerdo a las tendencias actuales resultará necesario aumentar en un 20% para 2025 los 2,500 kilómetros cúbicos que el sector agrario utiliza cada año. Ochenta por ciento de los mil millones de personas sin acceso a agua potable habitan en zonas rurales. De acuerdo a un proyecto de IDE en Nepal, el acceso al agua producto de la extracción de un conjunto de manantiales para 15 familias puede recuperar la inversión total a raíz de los cultivos que han sembrado. La mitad de los proyectos llevados a cabo por esta ONG a nivel mundial han recuperado esta inversión por este mismo medio. Las granjas pequeñas del siglo XXI representan una enorme posibilidad para sacar a los pobres del planeta de su indignante situación. Abrirle los mercados a sus productos será vital, la política de subsidios de las potencias industriales es inviable e insostenible y condena a millones de seres humanos. Nuestra seguridad alimentaria y la sustentabilidad sólo se podrán materializar cuando la pobreza sea un recuerdo indignante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario