Un punto integral para alcanzar el desarrollo sustentable que el planeta requiere es la estabilización del crecimiento de la población mundial. Para el comienzo de este siglo la población mundial asciende a unos 6.6 billones de seres humanos, produciendo unos $60 trillones de dólares al año. Este nivel de productividad del output económico mundial está llevando al punto del quebranto a diferentes ecosistemas que sostienen la vida en el planeta, arrojando una cantidad insostenible de gases de efecto invernadero que están calentando el clima al punto de volverlo completamente impredecible, se están destruyendo los ecosistemas marinos por la enorme cantidad arrojada de CO2 a los océanos y la pesca ilimitada. El planeta está sobre poblado de humanos muy productivos y muy contaminantes. La actividad económica mundial ha crecido ocho veces desde 1950 (cuando solo había 2.5 millones de personas en todo el mundo). Según crece la población, crece nuestro output económico y cada vez más ecosistemas vitales se acercan al límite del colapso. Y las primeras consecuencias ya están aquí, las inundaciones de Tabasco y Nueva Orleáns, el genocidio en la región de Darfur en Sudán ha sido acompañado de una de las sequías más prolongadas en décadas y las olas de calor de los veranos europeos son sólo algunas muestras de la huella que nuestra actividad económica está dejando sobre el planeta. Las tecnologías para encaminar nuestro modelo hacia la sustentabilidad están ahí y se pueden propagar por medio de los mercados globales pero de poco servirá la adopción de estos avances si no logramos estabilizar nuestro crecimiento poblacional. Para el economista de la Universidad de Columbia Jeffrey Sachs el crecimiento poblacional actual representa una suerte de “tiranía transgeneracional”, en la que la personas actuales se reproducen indiscriminadamente hoy le pasarán las facturas a las sociedades del mañana. En las naciones desarrolladas las tasas de fertilidad han bajado al punto de volverse negativas, pero en los países pobres aún son demasiado altas. A los países ricos les costaría menos del 1% de sus economías frenar el crecimiento poblacional de las naciones pobres. Por ejemplo, de 1950 a la fecha la población de África subsahariana se cuadruplicó de 180 millones a 820. A esto hay que agregar que el mundo, aunque aún es muy dispar, se está volviendo más rico. De acuerdo a proyecciones del Earth Institute de la Universidad de Columbia, el PIB per cápita mundial crecerá 4.5 veces del 2005 hasta el 2050, con los que los habitantes de los países pobres estarán generando unos $40 mil dólares anuales cada uno. Los países ricos tendrían en promedio la sorprendente cantidad de $90 mil dólares de PIB per cápita. Si las tasas de fertilidad se mantienen en los niveles actuales para 2050 habrá 9.2 billones de seres humanos en el planeta. Por ello estabilizar el crecimiento de la población mundial deberá ser una prioridad de los gobiernos del planeta en las décadas por venir. Con más de seis mil millones de personas los diferentes ecosistemas están siendo sometidos a una presión insostenible, resulta obvio prever lo que ocurriría con 2.6 billones más. Es necesario estabilizar la población mundial en 8 mil millones para el 2050.
miércoles, 1 de julio de 2009
Superpoblación: el gran reto de la sustentabilidad I
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