jueves, 11 de junio de 2009

Un New Deal verde para estos tiempos inciertos (II)



Las tres crisis pueden atenderse a la vez, utilizándolo como un momento de coyuntura en el los cambios profundos necesitados. El sector privado de la energía sustentable es pujante pero aún está en etapa inicial y la crisis le ha afectado mucho (la caída en el consumo energético y la incertidumbre financiera). De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE) en 2009 la demanda petrolera caerá en 1 millón de barriles diarios, la disminución más grave desde 1982-1983. Por primera vez se dará una caída de la demanda petrolera durante dos años seguidos; en 2008 cayó 100,000 barriles por día. “El Foro Económico Mundial, en su reunión de enero 2009, publicó el informe Green Investing: Towards a Clean Energy Infrastructure, el cual delinea el monto de las inversiones necesarias para desarrollar una infraestructura energética limpia y orientarse hacia una economía baja en carbono. Para ello identifica sectores que contribuirán de manera particular a ese objetivo: energía eólica onshore y offshore, solar fotovoltaica, generación eléctrica solar térmica, desechos municipales para la generación de energía, etanol con base en caña de azúcar, biocombustibles de nueva generación, energía geotérmica. En la nueva orientación energética serán fundamentales la eficiencia y almacenamiento de energía y la captura y almacenamiento de carbono” (Ángel de la Vega Navarro, 2009). En Europa los gobiernos están involucrándose de lleno con sus organizaciones de la sociedad civil para formular políticas públicas relacionadas al medio ambiente. En Francia se han formulado propuestas al legislativo desde el sector civil organizado, como la legislación para promover el uso eficiente de la energía en los edificios que generan el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero creando 200 mil empleos en el proceso. También se han establecido incentivos fiscales en la compra de vehículos con emisiones bajas, los híbridos. El gobierno de Obama ya anunció un programa para producir gas y petróleo al interior de Estados Unidos que incluye la posibilidad de perder los arrendamientos sobre hidrocarburos de no extraerse. El objetivo de esta medida es dejar de depender del petróleo de Venezuela y Medio Oriente en para el 2019. Para alcanzar este objetivo se sumarán medidas como elevar los estándares de eficiencia de los automóviles en el manejo combustible, aumentando el grueso de híbridos para el 2015 con créditos de $7, 000 dólares y establecer marcos regulatorios para disminuir las emisiones de los combustibles. El punto central será evitar la caída en la inversión en todo el sector energético ya sea el de las energías sustentables o el de los hidrocarburos. Sobre las primeras resultará necesario desarrollar sus capacidades productivas para cuando la economía entre de nuevo en una etapa de expansión, para llevarlo acabo los gobiernos deberán jugar un rol clave que apoye al mercado y a los sectores privados. No existen los incentivos en ningún sector para salvaguardar el medio ambiente. Por ejemplo a nivel mundial se gasta al año unos $300 mil millones de dólares en subsidios agrícolas y ninguno de estas cantidades masivas de recursos se destinan a reforestar áreas de bosques devastadas por aquella actividad. Los sectores deben asumir monetariamente el daño que le producen al ambiente y no sólo dejarlo como externalidades negativas. Los gobiernos del mundo invierten entre $240 mil y $310 mil millones de dólares en subsidios a la energía de los cuales 0.7% se destinan a renovables. De acuerdo al programa de medio ambiente de las Naciones Unidas acabar con los subsidios a los hidrocarburos cortaría las emisiones en un 6% promoviendo la eficiencia en el sector. Diferentes estudios han demostrado que estos subsidios benefician a los gigantes empresariales del sector y a la población en los deciles más altos de ingreso. Y ahora hablemos de los rescates financieros que se han convertido recientemente en el quehacer diario de los gobiernos. De acuerdo a NEF si invirtiéramos un rescate de $50 mil millones de dólares estaríamos conservando servicios naturales (purificación del agua, regeneración de árboles etc.) que equivalen a $50 trillones de dólares. Es un tipo de rescate muy redituable, que además no termina en bonos morbosamente altos para directivos empresariales.

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